La ermita de las ánimas

A finales del siglo XIX  numerosas familias de Nieles tomaran el camino de la emigración. El secular aislamiento y las duras condiciones de vida, se vieron agravadas por la plaga de la filoxera que arrasó los viñedos. Argentina, Brasil o Tetuán fueron algunos destinos.

En 1895, con 25 de años de edad, Luis Expósito Alcántara embarcó rumbo a la República Argentina instalándose en Buenos Aires. Los años transcurrían y su esposa, Trinidad López Alonso, que  quedó en Nieles, temía que Luis no regresara a su aldea natal.  Anhelante por el regreso de su marido, Trinidad hizo una manda
prometiendo construir una ermita de las ánimas benditas para que su esposo volviese. Tras cinco años en Buenos Aires, en 1900,  Luis Expósito regresó a Nieles y la promesa fue cumplida levantándose la ermita.

                                 

                    

                     Antiguas ermitas. Izquierda: construida en 1930, derecha: construida en los años cincuenta

En 1930, el mal estado de la ermita y la posible ubicación inadecuada junto al cementerio, motivaron la construcción de una nueva al comienzo de la calle Altera ocupando una cavidad en la roca. Era una pequeña ermita de apenas  dos metros cuadrados con cubierta de teja a dos aguas. La sencillez de su construcción y el transcurrir del tiempo, hizo que en los años cincuenta del pasado siglo XX, se construyera una nueva en el mismo emplazamiento.

Durante muchos años Josefa Expósito López, hija de Luis y Trinidad, permaneció fiel a la cita diaria iluminando con velas la imágenes de la ermita  y manteniendo viva la promesa de su madre. En los últimos años de su vida, Josefa mostró a sus hijos Miguel y José Luis Porcel su preocupación por el estado de la ermita afectada por la humedad, y les encargó la construcción de una nueva. Así lo hicieron, y en junio de 2010 se terminó de construir la actual ermita a unos metros de la anterior; esta vez separada del tajo para evitar los efectos de la humedad, de mayores dimensiones y construida en mampostería con cubierta plana. Se cumple así el deseo de Josefa y se mantiene, cien años después, la promesa que hiciera Trinidad.  

 

                                  Artículo publicado en IDEAL                                         
                           (haz clic en la imagen para ampliar)

                    La nueva ermita construida en 2010