El 29 de abril de 2006 se celebró el homenaje al que fuera párroco de Nieles, don Manuel Hernández Álvarez, desde agosto 1968 a enero de 1974 y que es recordado por su trabajo, codo con codo, con todos nosotros, y en especial por conseguir con el esfuerzo y la unión de los vecinos y vecinas la primera carretera que tuvimos; la carretera a Juviles. Hasta entonces, Nieles solo se comunicaba con el mundo exterior mediante caminos de herradura. Al acto asistieron los vecinos y vecinas de Nieles, así como un numeroso grupo de familiares y amigos de Manuel Hernández.
Tras una misa concelebrada por
siete sacerdotes se dio paso a las intervenciones de Carmen Hernández, hermana
de Manuel Hernández, Juan Manuel Jerez, su primo, Pedro Ramírez y
Joaquín Cifuentes, compañeros de Manuel Hernández, Ángel Bañuelos, en
representación de los vecinos y vecinas de Nieles, y Pepe Marcos y Mari
Rodríguez, vecinos de Nieles. A lo largo de las intervenciones se
destacó la figura de Manuel Hernández como la de un hombre comprometido con la
realidad social de su tiempo, siempre trabajando para mejorar las condiciones de
vida de los más necesitados y desfavorecidos, inteligente y sensible.
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intervenciones
A continuación se procedió al
descubrimiento de la placa conmemorativa con la frase: "En homenaje al que fue
párroco de Nieles, don Manuel Hernández, por su contribución al pueblo",
y a la inauguración de la calle Manuel Hernández.
Durante la jornada, el aire de la plaza, se fue impregnando de recuerdos y emociones, a los que se unieron las notas musicales de los instrumentos de cuerda de Miguel, Pepe Luis, Desiderio y Manolo; músicos de Nieles.
Fue una jornada inolvidable para recordar a un hombre al que nunca olvidaremos..
Vecinos y vecinas trabajando en los preparativos
La Misa Presentación del homenaje
Vecinos y vecinas de Nieles, familiares y amigos de Manuel Hernández
Carmen Hernández recibe emocionada un ramo de flores de los vecinos y vecinas
Intervenciones de Pepe Marcos y Mari Rodríguez
El alcalde, Alberto Carbelo, y Carmen Hernández, inauguran
la calle Manuel Hernández.
Comida en la plaza Grupo de amigos y amigas de Manuel Hernández
De izquierda a derecha.
Manuel Hernández, Paco
y
Obras de la carretera a Juviles
Toribio durante las obras de la carretera a Juviles
1972-1973.
Celebrando su primera misa
en
Con su familia en
Laroles. 1967
Laroles (Granada).
1968
.
RESUMEN BIOGRÁFICO DE MANUEL HERNÁNDEZ ÁLVAREZ
Su último libro, La transición de la dictadura a la democracia en Málaga vista desde Archidona (publicado por el CEDMA), es fruto del tesón y la esperanza de un hombre que no se da por vencido en la hora de la verdad que es para cada hombre la enfermedad y el dolor. En efecto, Manolo tuvo que pasar al cuerpo de los pensionistas al cumplir medio siglo, debido a una enfermedad muy seria, cuando trabajaba en Sevilla en la Empresa Pública del Suelo, actividad que alternaba con sus servicios a la parroquia de Cuevas Bajas, que llevaban unas religiosas. Sus trabajos civiles anteriores fueron en el Ayuntamiento de Motril (Unidad de Creación de Empleo) y en la Federación de Cooperativas Andaluzas (fue su presidente). Es antigua su vocación de escritor. Y siempre ha producido obras de una admirable sencillez comprensiva, porque se trata de un hombre de gran erudición y capacidad comprensiva. Una abundante y usada biblioteca, inteligentemente seleccionada, son la prolongación de su licenciatura en teología en la edad de oro de la Universidad de Granada y su diplomatura en Pastoral allá por los años gloriosos del Instituto Superior de Pastoral, de Madrid. Ed. ZYX, que representaba la publicación más progre de los 70, le publica Crecer como personas y La persona mujer, en las que demuestra que ha captado bien el pulso de nuestro tiempo y que quiere servir sus conocimientos a la gente sencilla. Siguen: Los cristianos (Mañana Editorial), Radiografía de un pueblo andaluz (Editorial Aljibe), El mundo rural (colaboración con Esteban Tabares, en Ed. CCS), La comunidad cristiana, Para ser cristianos y Los cánticos del Siervo (los tres en Ed. Manantial). Esto sin contar la maravilla de sencillez del semanario interparroquial La hoja del Domingo, y numerosos artículos, charlas, etc.
Ordenado presbítero el año 1968, con 25 años cumplidos, ejerció su ministerio en
Cástaras y Nieles, en la Alpujarra granadina que le vio nacer (Laroles), aunque convivía en
Torvizcón con un equipo de curas que después pasaron juntos a Archidona (1974-85). Ha ejercido siempre su pastoral en ambientes rurales y, junto a una febril actividad (clases de religión en el Instituto de Archidona, servicio a los incipientes movimientos sindicales, creación y coordinación de cooperativas,
"trabajo para no vivir del altar") ha tenido siempre un tiempo importante para la reflexión, oración y estudio.
Murió el 25 de octubre de 2000. Tenía al morir 58 años.
Benito Acosta.
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